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Toggle¿Cómo salir de una relación tóxica? ¿Cómo identificarla?
Hacéis match en Tinder, todo parece sacado de una película Disney los primeros meses, pero después, la trama va adquiriendo tintes dramáticos y terroríficos que no sabes cómo han llegado ahí. Lo peor, es que la protagonista de la película ya no eres tú, es él, pero ya no puedes hacer nada para que termine porque estás atrapada.
Quedas con una amiga para contarle cómo te sientes y te dice: “Tía, ese chico es tóxico, tienes que dejarlo. ¡Es una relación tóxica!” ¿Te suena?
Te encantaría poder detectar las artimañas de ese perfil de chico antes de tiempo para no caer en sus redes y no acabar viviendo en una relación tóxica, huir antes de que sea demasiado tarde, ¿verdad?
Pues lo cierto es que esto que me pides, amiga, es muy complicado porque las personas no podemos ser reducidas a dos categorías tan simples como “persona tóxica” y “persona vitamina”. La realidad es que, el amor es química y como en dicha ciencia existen compuestos que juntos generan mezclas fatales, dependiendo de muchos otros factores ambientales como el tiempo de exposición, ¿verdad? Pues con las personas ocurre lo mismo.
Lo cierto es que preguntarte si una persona es tóxica para decidir acabar o no la relación supone desviar todo el interés de la ecuación hacia la otra persona, invalidando así tu capacidad de determinar SI A TI esa persona, en este momento vital, te hace bien o te hace mal. Y al final, ¿qué hay más importante que eso?
¿Es mi novio tóxico?
Olvídate de la expresión “persona tóxica” porque esto sólo son reduccionismos que vemos por Instagram que ayudan a hacer un concepto más fácil de comprender, pero a la vez mucho más limitado en su aplicación. No existen las personas tóxicas, existen las actitudes y conductas disfuncionales. Pero, por supuesto, nadie tiene por qué lidiar con una pareja o relación tóxica que presente estas actitudes y que no le haga feliz y mucho menos, si no decide poner solución a ello.
Relaciones tóxicas de pareja: ¿Cuáles son estas actitudes y conductas disfuncionales de una relación tóxica?
Antes que nada, lee estas afirmaciones. ¿Te sientes identificada con alguna de ellas?
– Mi pareja no muestra empatía hacia mí, no me escucha y tiende a invalidar mis emociones sin tratar de comprender que mis pensamientos, sentimientos y valores pueden ser diferentes y tan válidos como los suyos.
– Mi pareja no muestra responsabilidad afectiva conmigo y es incapaz de comunicarse asertivamente, no teniendo en cuenta mis necesidades y emociones en una conversación.
– Mi pareja no tiene en cuenta mis prioridades y necesidades dentro de nuestra relación y sus conductas únicamente van encaminadas a la satisfacción unidireccional de sus deseos y necesidades, comportándose de forma egoísta hacia mí.
– Cuando le planteo un conflicto, nunca asume su parte de responsabilidad, negando el problema. Cuando esto provoca un escalamiento del conflicto, es decir, hace que yo me ponga más nerviosa y enfadada, utiliza mi enfado para desacreditarme (hola, manipulación)
– Me humilla haciendo comentarios despectivos hacia mi persona, puede que en presencia de terceros. Además, nunca o casi nunca emplea el refuerzo positivo. Esto provoca una disminución de la autoestima de la persona afectada para que ésta piense que al final no puede aspirar a nada mejor que a permanecer con la persona que la está tratando así (hola de nuevo, manipulación).
– Utiliza el control y el chantaje emocional para evitar que haga planes con otras personas. Se victimiza y después me culpabiliza.
– Hace promesas que nunca cumple a largo plazo, pero a corto plazo siempre busca la forma de que le perdone con muestras de amor romántico. Esto que en términos coloquiales siempre hemos llamado “una de cal y una de arena” en psicología lo llamamos “refuerzo intermitente” y resulta que es una de las cosas que más adicción y desgaste emocional provocan a largo plazo.
Así que, si en tu relación detectas todas estas cosas, quizás no deberías preguntarte si tu pareja es tóxica. Y no deberías preguntarte esto porque, seguramente, vayas a encontrar muchas cosas que te hagan pensar que no lo es (y es que, no todo es blanco o negro) y entonces, nunca tomarás la decisión de alejarte. Para más dificultad, seguramente estarás enamorada hasta las trancas… Así que mejor hazte otra pregunta. ¿Estás enamorada de la persona que eres cuando estás con esa persona? Si la respuesta es no… ya tienes mucho sobre lo que pensar.
¿Cómo salir de una relación tóxica?
Te dejamos unos consejos que estoy segura que te serán de mucha ayuda para ayudarte a salir de una relación tóxica:
- Aléjate de esa persona.
Sé que será complicado, que te costará muchísimo, pero lo necesitas para comenzar a pensar con claridad y hacerte las preguntas correctas. Poco a poco perderás el hábito y la costumbre de esa persona, comenzarás a ver tu relación con claridad y percibir aquello que te hizo daño.
- Tu pareja no tiene poder sobre ti.
Tú eres la única o el único que tienes poder sobre ti mismo. Eres libre de elegir y hacer. Recuérdalo.
- Acéptalo y apóyate en tu círculo de confianza.
Ábrete a los demás, comparte tu experiencia con tus amigos y familiares, respeta y escucha sus opiniones. A veces, necesitamos ver la situación desde otros ojos para comenzar a aceptarla y comprenderlo.
- No te empeñes en buscar culpables.
A pesar de que nos de la vuelta a la tortilla no, tú no eres tóxica. No eres la única culpable de que la relación no funcione.
- A veces, es mejor estar sola que con quien nos hace mal.
Si aceptamos una relación tóxica y destructiva jamás avanzaremos. Debes ser fuerte y tomar la decisión. Una pareja llega a nuestras vidas para sumar, no para restar. Si tu pareja solo resta… Es momento de terminar tu relación. No tengas miedo a estar sola, pronto volverás a brillar. Rodéate de quien te quiere y te suma, te ayudará.
- Autoestima: Amor propio, amiga.
Sé que lo habrás escuchado mil veces, pero para tomar este tipo de decisiones es lo más importante. Cuando vivimos una relación tóxica es muy común perder totalmente nuestra autoestima. Invierte tiempo en ti, recuerda lo maravillosa que eres, tus cualidades, todo aquello que dejaste atrás por tu relación… ¡Y recupéralo! Es el momento de cambiar, de ser mejor, de crecer, de amarte muchísimo para lograr fortalecer tu autoestima de nuevo.
- No, no será fácil terminar con tu relación de pareja.
Debes aceptar tus emociones y, por supuesto, poner muchísimo esfuerzo de tu parte para convencerte de que es la mejor decisión para ti y tu futuro.
Sentirás infinidad de emociones. Algunos días te sentirás fuerte o libre y otros, tus días se llenarán de tristeza. Pero, pasarán. Recuerda que es parte del proceso de como superar una ruptura amorosa.
Si sientes que no puedes, siempre puedes acudir a un profesional, un psicólogo te ayudará y te servirá de apoyo durante todo el proceso. A veces, necesitamos ayuda para ver las cosas tal y cómo son y, la terapia, te ayudará a verlo para poder tomar las decisiones indicadas y correctas.
Debes pensar que el amor no sólo es amar a la otra persona, sino que nos debe inspirar a ser mejores y debe sacar lo mejor de nosotros mismos. Si por el contrario, nos hunde en un pozo sin fondo, debes salir cuanto antes. Y si te cuesta mucho, te voy a contar la famosa historia de la ranita, aunque seguro que ya la conocerás.
Cuenta la leyenda, que estaba una ranita muy a gusto en un caldero flotando en agua. Pero poco después, alguien puso el agua al fuego. Antes de que el agua comenzase a hervir, la ranita empezó a sentirse muy muy a gusto, como en un spa, pero poco a poco el agua comenzó a estar demasiado caliente. Al principio, la ranita no parecía encontrarse del todo incómoda: puso todo de su parte por aclimatarse a esa temperatura.
Poco después, la ranita empezó a sentirse agotada…¡Oh dios mío, el agua estaba empezando a hervir! Pero era demasiado tarde, la ranita había empleado tantos esfuerzos por aclimatarse a esa agua, que ya no le quedaban fuerzas para saltar y terminó cocida en el caldero.
Este es un viejo cuento que utilizamos los psicólogos como símil de que, a veces, empleamos tantos esfuerzos por acomodarnos a situaciones, personas, trabajos, que perdemos tanta fuerza y autoestima por el camino que después ya no nos quedan fuerzas ni confianza en nosotros mismos para huir y al final acabamos desgastándonos en situaciones que nos hacen tremendamente infelices.
No seas como la ranita y salta a tiempo. Recuerda, no tienes que esperarte a que el agua empiece a hervir, sólo tienes que atender a tus señales.
Si no te sientes cómoda, AHÍ NO ES.
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