Vivimos en una sociedad que aboga por la productividad y el vivir deprisa, todo esto en detrimento del autoconocimiento y la gestión emocional. Somos conscientes del agotamiento físico, pero cada vez somos más inconscientes del agotamiento emocional o tendemos a pasarlo por alto, a veces incluso obviando ambos.
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ToggleEl Síndrome de Burnout y otras causas de agotamiento emocional
Existen muchas situaciones que pueden provocar agotamiento emocional, una de las más conocidas es el síndrome de Burnout, como respuesta al estrés laboral crónico. Sin embargo, como decíamos, existen multitud de situaciones en la vida que pueden provocar agotamiento emocional y todas ellas tienen que ver con la autoexigencia. Queremos ser productivos en el trabajo, comer sano, hacer deporte, tener una casa limpia y ordenada, ser buenos padres o hijos… Pero, por suerte o por desgracia, el día tiene 24h y no es fácil tener una agenda así de apretada y además tener tiempo personal de descanso y de ocio.
¿Es el agotamiento emocional consecuencia del ritmo de vida actual?
Mantener este ritmo a largo plazo, acaba teniendo consecuencias para nuestra salud, ya que vamos acumulando cansancio y pasando por alto emociones hasta que llega un día que explotamos. Así pues, podemos definir el agotamiento emocional como ese estado de extenuación al que llegamos cuando nos saturamos por circunstancias externas o internas como las responsabilidades, el trabajo o los conflictos.
¿Cómo saber si tienes agotamiento emocional?
Bien, pues además de las causas que te he comentado, deberías fijarte en estos síntomas:
– Te sientes desconectado de la realidad y de ti mismo.
– Ya no disfrutas de las actividades que antes solías disfrutar y tienes poca o nula motivación para hacer cosas o iniciar proyectos.
– Te sientes cansado todo el día. Puede ser que no puedas dormir por la noche, o bien que necesites demasiadas horas de sueño y aun así te sientas cansado/a.
– Tienes síntomas corporales tales como dolores de cabeza, problemas digestivos o tensión muscular. Incluso, puede que tu sistema inmune se haya visto comprometido y tengas más facilidad para enfermar que antes.
– Estás irritable todo el tiempo. Casi cualquier cosa te entristece o enfada y tienes cambios de humor que ni tú mismo entiendes.
– Te sientes solo y vacío, pero a la vez te cuesta relacionarte ya que has perdido el interés a nivel social.
– Te cuesta concentrarte, tienes despistes frecuentes y sientes que te cuesta mucho más tiempo y esfuerzo terminar las tareas que antes te resultaban sencillas.
Consejos para combatir el agotamiento emocional
Si te sientes identificado con la mayoría de estas afirmaciones y además, llevas un largo tiempo exigiéndote mucho a nivel personal, te animo a que reflexiones y empieces a realizar cambios en tu rutina. Algunos de estos consejos podrían ayudarte:
– Empieza a valorarte por lo que eres y no por lo que consigues. No tienes por qué ser siempre productivo para sentirte bien contigo mismo. La felicidad está en encontrar el equilibrio.
– Cuida mucho tu lenguaje interior y sé consciente de qué mensajes te das sin querer, por ejemplo:“ hoy no te has movido de la silla en todo el día, tienes que ir al gimnasio”. Intenta cambiar esos mensajes por otros más compasivos como: “llevo todo el día trabajando, me encuentro cansado y me merezco cuidarme”.
– Practica frecuentemente técnicas de respiración, relajación o meditación. Tampoco estaría de más que cambiases alguna de las sesiones semanales de crossfit por una de yoga o pilates.
– Oblígate a realizar actividades sociales, aunque no te apetezca demasiado. Cuanto más nos aislamos, más nos cuesta luego retomar estos planes ya que se reduce la frecuencia de refuerzos positivos y esto genera alteraciones en el estado anímico. Vamos, es como la pescadilla que se muerde la cola. Haz el esfuerzo de apartar tus informes por una tarde y quedar a tomar un café con una amiga y notarás la diferencia.
– Reduce tus expectativas y ajústalas a tu realidad actual. No hace falta que comas sano todos los días o que la casa esté limpia si estás teniendo semanas complicadas de trabajo. Sé capaz de establecer prioridades y de permitirte no llegar a todo.
– Ponte metas realistas y desglósalas en objetivos conseguibles a corto, medio y largo plazo. Esto te mantendrá motivado para conseguir tus proyectos. ¡Ah! Y no olvides también ser tu propio jefe y premiar tus pequeños logros de cada día. Recuerda que todo suma.
– Aprende a poner límites. Es importante que aprendamos a detectar nuestras necesidades y a decir que no.
– También es importante que aprendamos a delegar, postponer tareas o incluso a eliminarlas; así como a distinguir entre tareas urgentes e importantes, y otras que lo son menos. ¿Conocías la matriz de Eisenhower? Es un método ideal para poner a prueba esto que te comento, te la enseño un poco más abajo:
Por supuesto, si todos estos consejos no son suficientes, no te olvides de pedir ayuda profesional si la necesitas. Al final, debemos trabajar en las creencias distorsionadas que nos hacen perpetuar el agotamiento emocional, así como cambiar las conductas que lo mantienen en el tiempo. Trabajar en nuestra autoestima y aceptación también es clave para decir adiós para siempre al agotamiento emocional.
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