¿Qué es la cultura de la cancelación?
La cultura de la cancelación es un fenómeno social que comenzó en 2017 con el movimiento «Me too», con el que se pretendía denunciar la agresión y acoso sexual perpetuado por Harvey Weinstein. Cancelar consiste en retirar el apoyo y hacer crítica a una persona, grupo, organización o marca de forma pública como protesta o castigo porque ha dicho algo o realizado un acto ofensivo a nivel social.
¿Es posible anular a una persona o marca en Redes Sociales?
Seguro que más de una vez has dejado de seguir a alguien o bloqueado en tus redes sociales… ¿Qué pasaría si de repente, miles y miles de personas, dejaran de seguir a ese perfil de Instagram en masa? Efectivamente, con tan solo un click, un comentario o «bloqueo» podemos anular a una persona o marca a través de la redes sociales.
¿Cuál es la finalidad de la cultura de la cancelación?
Aunque se inició con el objetivo de señalar y/o erradicar actitudes, comentarios o acciones nocivos (racistas, machistas, homófobos, etc.), esta forma de boicot se ha intensificado con las redes sociales llegando incluso a coartar la libertad de expresión, pues se utiliza para atacar y silenciar a alguien por tener y exponer opiniones o creencias distintas a las que predominan en la sociedad.
Cuando la cultura de la cancelación se utiliza con este objetivo, y no para señalar comportamientos ofensivos o discriminatorios, es un peligro para la sociedad pues fomenta la intolerancia a lo diferente.
¿Qué efectos tiene la cultura de la cancelación?
Las redes sociales facilitan el sesgo confirmatorio, la tendencia a buscar, interpretar y recordar la información que confirma las creencias o hipótesis propias, haciéndonos más intolerantes y menos racionales. Además, también propician el efecto bola de nieve, ya que compartir o denunciar algo públicamente actúa como llamamiento e incita a los demás a hacerlo.
El problema es que cuando se hace desde la falta de respeto y la intolerancia implica someter a alguien al escándalo, burla, humillación y castigo público, a amenazas de muerte, al aislamiento social, la pérdida de empleo, etc.
La “cancelación” genera que la persona se sienta señalada, juzgada y agredida y, por supuesto, tiene su impacto en la salud mental ya que pueden aparecer sentimientos de miedo, agobio, desesperación, culpa, angustia, rabia, vergüenza, frustración, pérdida de control y soledad.
Estos sentimientos generan un enorme estrés emocional y dañan la autoestima e implican la aparición de dificultades a la hora de expresarse o interactuar con los demás, dudas o inseguridades sobre uno mismo, aislamiento social, pérdida de los valores propios, sentirse poco valioso como persona, estigmatizados, etc. y pueden ser los detonantes de la aparición de trastornos de ansiedad, depresión e incluso el suicidio.
¿Existen alternativas?
La cultura de la cancelación puede utilizarse para señalar comportamientos excluyentes u ofensivos y, por tanto, para construir una sociedad más segura y respetuosa para todos. Pero, como hemos visto, también puede hacerse un mal uso y tener consecuencias negativas, para que eso no ocurra:
– Practica la asertividad, la tolerancia y la empatía.
-No prejuzgar el otro punto de vista, escuchar atenta y activamente a los demás, estar dispuesto a ampliar la perspectiva y tener un diálogo constructivo y respetuoso en el que se utilice la argumentación y no los ataques.
– Mejora el control y la regulación emocional.
-Reducir la impulsividad, no dejarse llevar por las emociones y reaccionar sin valorar las consecuencias de nuestros actos, sino identificar la emoción experimentada y aplicar estrategias que permitan que la gestionemos mejor.
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