Señales de que NO está emocionalmente disponible

¿Qué es estar emocionalmente disponible?

Uno de los principales ingredientes para que una relación emocional, ya sea amistosa, familiar o amorosa, funcione y sea saludable es estar emocionalmente disponible. Estar dispuestos a abrirnos, a dar y recibir afecto, a compartir nuestras emociones, sentimientos y experiencias y a permitir que forme parte de nuestra vida. Pero no solo eso, sino también a empatizar con la otra persona, preocuparse por ella y ofrecerle apoyo.

Y es tan importante porque, si no se da, no se puede construir un vínculo genuino, no se llega a conectar con la otra persona… Se pueden crear relaciones sí, pero superficiales porque no permitimos (ni a nosotros mismos ni a los demás) que nos conozcan, que profundicen en cómo somos.

5 Señales de que NO está emocionalmente disponible para tener una relación

Aunque es importante en cualquier tipo de relación, es fundamental para avanzar en las relaciones de pareja. Por eso, vamos a comentar señales con las que identificar cuando esa persona con la que queremos ir más allá NO está emocionalmente disponible, te dejamos algunas red flags que debes tener en cuenta:

– Evita la intimidad:
Compartiréis tiempo, crearéis recuerdos y podréis hablar de casi cualquier cosa. Y digo casi porque va a haber un tema frente al cual armará una muralla prácticamente infranqueable… las emociones. Le costará muchísimo abrirse y crear un espacio de intimidad en el que trasmitir sus sentimientos y experiencias más íntimas; de hecho, es muy probable que intente evadir el tema. Este es uno de las primeras señales de que la persona que estás conociendo no está emocionalmente disponible.

– Límites inflexibles:
Desde el principio, marcará unas líneas rojas que no se pueden cruzar, y será muy inflexible con esto… hacerlo implicaría vincularse de forma más profunda. Esos límites son su forma de “protegerse”, de marcar distancia, y pueden ser: no dormir juntos, no quedar con otros amigos, no estar en espacios donde podéis ser vistos por gente conocida, no querer presentar ni hablar sobre la familia, etc.

– Muestras de afecto inconsistentes:
Es muy posible que, aunque en ocasiones se den, sean bastante limitadas e inconsistentes. Un día te propondrá hacer mil planes, estará cariñoso y tendrá ganas de quedar y verte, pero esto cambiará en poco tiempo y empezará a mostrarse distante y cerrado en sí mismo. Esto se conoce como refuerzo intermitente y, de nuevo, es una forma de protegerse frente al vínculo que se está construyendo.

– Evitan el compromiso:
No quiere comprometerse y puede transmitirlo de forma directa, pero también a través de acciones como cancelar planes de forma recurrente. Pueden ocurrir dos cosas, que directamente busque una relación más superficial, de entretenimiento, sexo, etc. o que realmente quiera una relación más profunda, pero que le de miedo e intente protegerse de la vulnerabilidad que supone abrirse a alguien. En ambos casos evitará que la confianza e intimidad entre ambos siga creciendo.

– Palabras y acciones no coinciden:
Posiblemente sea una persona que dirá muchas cosas, pero que no se traducirán en actos. Se debe a que quiere vincularse de forma más profunda, a que quiere abrirse, pero no sabe cómo hacerlo o incluso es probable que haya algo que se lo esté impidiendo o de lo que intente protegerse.

Pero esto no surge de la nada. No abrirse a los demás es un mecanismo de defensa, un indicativo de que existen unas experiencias y un aprendizaje previo en el que amor y dolor van de la mano: le rompieron el corazón, todavía está elaborando el duelo tras su ruptura, tiene heridas emocionales o traumas pasados, ha vivido dinámicas tóxicas o incluso ha sido maltratado/a.

¿Cómo gestionar conocer y ser una persona emocionalmente no disponible?

¿Y cómo gestionarlo? Pues bien, esto puede verse desde dos puntos de vista. En primer lugar, desde el ser una persona que ha conocido a otra que no está emocionalmente disponible .

En estos casos es importante preguntarse a uno mismo si estás en un momento en el que realmente no quieres implicarte y prefieres una relación de diversión, o si, por el contrario, buscas a alguien con quien profundizar, implicarte y vincularte.

Una vez tengas la respuesta, se trata de actuar en consecuencia… recuerda que tienes derecho tanto a una cosa como a la otra.

Y, en segundo lugar, desde ser tú la persona que no está emocionalmente disponible. Desde este punto de vista vamos a comentar aspectos en los que se puede trabajar para mejorar nuestra
disponibilidad emocional:

– Autoconciencia: ser conscientes y entender las emociones propias, dedicar momentos de reflexión para explorarlas, familiarizarse con ellas y reconocerlas. Se pueden utilizar estrategias como la meditación, un diario emocional, etc.

– Escucha activa: prestar atención completa y consciente a la otra persona con el objetivo de comprender y no de responder, evitando interrupciones y juicios de valor. Demostrarás interés por las emociones y experiencias de los demás.

– Empatía: muy de la mano con la escucha activa se encuentra la empatía, la capacidad de ponerse en el lugar de la otra persona, de comprender cómo se siente y por qué. Permítete abrirte a compartir las experiencias emocionales de los demás.

– Regulación emocional: lejos de suprimir tus emociones, aprende estrategias que te ayuden a gestionarlas mejor, a comprender cómo influyen y determinan tu comportamiento de forma que, poco a poco, puedas ser más consciente y regular mejor esa parte emocional.

– Buscar feedback: preguntar a la gente cercana cómo te van percibiendo en términos de disponibilidad emocional. Muéstrate abierto a recibir comentarios y sugerencias de mejora, ábrete a aprender y a mejorar.

Es importante ser consciente de que esto es un entrenamiento a largo plazo y que en el camino vas a encontrar distintos obstáculos. Habrá días en los que irás mejor y otros en los que no, pero esto forma parte del proceso y, justo por eso, es importante cultivar la paciencia y la compasión con uno mismo. Estar emocionalmente disponible puede suponer tan solo una etapa en tu vida.

Recuerda siempre que no debes pasar por esto solo/a y que los profesionales de la salud mental estamos para acompañarte en este proceso.