Toxicidad en relaciones de pareja

¿Qué es la Toxicidad en Relaciones de Pareja?

La toxicidad en las relaciones de pareja es un tema muy a la orden del día. De hecho, probablemente habrás leído o escuchado sobre las red flags o sobre señales para identificar que tu pareja es tóxico/a.

Pero, ¿Qué es realmente la toxicidad? ¿Cómo saber si una relación es tóxica? ¿porqué cuesta tanto salir de una relación así? ¿cómo puedo hacerlo?

Se habla de que una persona es o no tóxica, como si la toxicidad fuese un rasgo de personalidad, pero realmente es una forma de actuar, una serie de comportamientos que una persona pone en marcha en su vida en pareja. No es ser tóxico/a sino comportarse de forma tóxica.

Con la palabra toxicidad hacemos referencia a conductas como, por ejemplo: la falta de respeto, la falta de apoyo, los celos y el control. Y cuidado, porque todos alguna vez podemos equivocarnos, no saber gestionar bien la situación ni nuestras emociones y actuar como no debemos, la toxicidad aparece en una relación cuando estas conductas se dan frecuentemente, cuando son la primera opción para afrontar un problema.

Claro está que las relaciones de pareja pueden resultar todo un reto, que no siempre son fáciles y que ambas partes tienen que estar dispuestas a dar y recibir para avanzar y que la relación funcione, pero… ¿hasta qué punto?

Conductas tóxicas más comunes

Conductas posesivas

los celos son muy frecuentes en la relación y tu pareja se muestra posesivo/a, por ejemplo, quiere que dediques todo el tiempo única y exclusivamente para él/ella, no le gusta hacer planes junto con otras personas, se molesta y se pone celoso cuando quedas con tus amistades o familiares y no está incluido/a.

Actitudes de control

Gestiona los celos e inseguridades que experimenta a través del control y aparecen conductas como querer saber constantemente dónde vas, con quién, con quién hablas…, limita tu autonomía y te manipula para hacer lo que él/ella quiera, no respeta tu privacidad y revisa constantemente tu móvil, etc.

Falta de apoyo

Sientes que no está contigo en los momentos difíciles, no te brinda su apoyo ni empatiza contigo, invalida tus emociones e infravalora tus inquietudes y problemas. Y, además, no existe la responsabilidad afectiva, no se hace responsable de cómo te hace sentir aquello que dice y hace (o no dice o hace).

Falta de comunicación

No es posible hablar de forma tranquila y asertiva sobre lo que genera conflicto entre ambos y llegar a un punto en común y tampoco puedes transmitirle cómo te sientes porque desembocaría en una discusión, invalidación emocional y posiblemente en abandono. Se evitan los conflictos y no se resuelven, o se resuelven de forma irregular.

Falta de respeto y abuso emocional

Constantemente te hace sentir inferior a él/ella, te desprecia, humilla, critica e infravalora en público o en privado, ignora tus necesidades y opiniones, te falta el respeto, etc.

Malestar emocional

La propia relación genera constantemente sentimientos de inferioridad, culpa, ansiedad, tristeza, inseguridad, infelicidad, etc. Sientes que tu pareja te quita más de lo que te aporta y dudas de si realmente es la persona adecuada.

Dependencia emocional

Tu pareja vive la relación desde la necesidad, para él/ella es impensable imaginar un futuro sin ti y hará lo posible para que eso no suceda. La dependencia emocional surge del miedo ante la posibilidad de perderte, miedo que, como hemos comentado, regula a través del control y la posesión.

Dificultades para salir de relaciones tóxicas

Todo esto, por supuesto, influye negativamente en el bienestar emocional de quien recibe este tipo de conductas, afecta a la autoestima, puede producir sintomatología ansiosa y/o depresiva, aislamiento, pérdida de la propia identidad, etc. Aun así, es muy frecuente que resulte complicado salir de las relaciones tóxicas por distintos motivos:

· Baja autoestima. Bien porque partimos la relación desde una baja autoestima o bien porque la toxicidad ha afectado al amor propio. Sea como fuere, no somos capaces de ponerle fin porque pensamos que no merecemos algo mejor, que nadie más nos querrá, etc.

· Miedo e inseguridad. Existen distintos tipos de miedo que nos pueden mantener en las relaciones tóxicas. El amor no es el motivo por el que no cesamos la relación, sino el miedo a la soledad, al cambio, al qué dirán, a la propia fragilidad emocional, a salir de la zona de confort, etc.

· Creencias erróneas sobre el amor. Estereotipos románticos que están muy presentes en la sociedad y que crean una imagen del amor irreal y distorsionada, en la que amor y sufrimiento van de la mano. Por ejemplo, frases como “para que una relación funcione hay que luchar y aguantar” o “quien bien te quiere te hará llorar”.

· Refuerzo intermitente. “Es que cuando estamos bien, estamos muy bien”, esto se conoce como refuerzo intermitente y se produce cuando en ocasiones se muestra atento/a, cariñoso/a, denota interés, etc., y en otras todo lo contrario. Su efecto nos lleva a mantener la esperanza de que algo cambiará, aunque tengamos pruebas de que no es así.

· Complejo de salvador/a. Creer que somos la solución a los problemas del otro, sentir la necesidad de ayudarle constantemente y hacernos responsables del cambio de nuestra pareja.

Cómo romper con una relación tóxica

Pero no todo es negativo, aunque estos factores dificultan poner fin a una relación tóxica, sí es posible romper ese vínculo dañino. Para ello es importante:

· Ser conscientes de la realidad y no caer en mitos sobre el amor. No normalices la situación, no dejes que las creencias románticas te condicionen. El amor no conlleva sufrimiento, reflexiona sobre qué debería aportarte, qué te aporta y en qué punto te encuentras.

· Analizar cuáles son los motivos por los que mantienes esa relación. El miedo, ya sea a salir de la zona de confort, a la soledad, etc., nunca es la respuesta correcta. Cuestiónate por qué sigues en la relación y qué pasaría si esos miedos se cumplen, cómo lo afrontarías.

· No te aísles. Recurre a tu red de apoyo social, háblalo con tu gente de confianza, cuéntales qué te ocurre, cómo te sientes. Te ayudará a tener otra perspectiva.

· Intenta pensar qué le dirías a otra persona. Esto te va a permitir tomar distancia de la situación y reflexionar sobre la relación de forma más objetiva, menos emocional.

· Piensa en ti, en tu bienestar y actúa en consecuencia. El amor no lo puede todo, toma la decisión basándote en tus necesidades, deseos y en tu propio bienestar, y responsabilízate de poner en marcha lo necesario para llevar a cabo tu decisión (por ejemplo, contacto cero).

Salir de una relación en la que se dan dinámicas tóxicas no es una tarea sencilla, es algo que puede complicarse y por lo que no tienes que pasar solo/a. Recuerda que pedir ayuda es de valientes y que los profesionales de la salud mental estamos para acompañarte en este proceso, para aportarte técnicas y estrategias que te permitan afrontarlo de una forma más funcional. ¡Estamos para ayudarte!